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La bujía es un componente esencial del motor: genera la chispa que enciende la mezcla aire-combustible en el cilindro. Una chispa precisa y constante garantiza arranques rápidos, funcionamiento estable y consumo optimizado.
La solución más común y económica.
Excelente conductividad térmica, ideales como recambio original para el uso diario.
Requieren sustituciones más frecuentes que las versiones de metales preciosos.
Mayor durabilidad gracias al electrodo de platino.
Mantienen el gap correcto durante más tiempo, garantizando encendidos constantes.
Buen equilibrio entre prestaciones y longevidad.
Electrodo central ultrafino de iridio para una chispa más precisa.
Máxima duración y mejor respuesta del motor.
Perfectas para motos deportivas o conductores que buscan alto rendimiento y poco mantenimiento.
El número en el código NGK indica el grado térmico.
Números bajos = bujía más caliente (retiene calor).
Números altos = bujía más fría (disipa calor más rápido).
Elegir el grado correcto es clave: demasiado caliente → sobrecalentamiento; demasiado fría → depósitos e incrustaciones.
La “R” en el código identifica bujías resistivas, que reducen interferencias con la electrónica.
El gap viene calibrado de fábrica pero debe verificarse según las especificaciones del vehículo.
Algunos modelos usan electrodos múltiples para mayor durabilidad.
Letras iniciales = diámetro/tipo de rosca.
Número central = grado térmico.
Letras/números finales = detalles como resistencia, longitud de rosca y tipo de construcción.
Seguir siempre las recomendaciones del fabricante.
Revisar el gap antes del montaje.
Sustituir periódicamente para mantener la eficiencia.
Ventajas: económico (cobre), equilibrado (platino), máximo rendimiento (iridio).
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